Y la espera hizo que en mis brazos floreciera
la tarde, ella se hizo mañana, un milagro ante mis ojos de arena.
Y así la espera se hizo esperanza, eran las huellas que pisé un tiempo atrás cuando mis pies pisaban derrotas, cuando mi alma vagaba por los libros apilados en la mesita de luz.
Nada se parece a volver a ver la luz del mar, ella tiene destellos que hacen que vuelva a creer.
La esperanza siempre tendrá destellos de mar, de sol, de arena y de todo aquello que con sólo verlo nos invita a creer siempre.
ResponderEliminarUn gusto leerte.
Mi abrazo contigo querida amiga
El mar es nuestra patria y nuestro hogar.
ResponderEliminarEn él los milagros suceden.
Besos.
Me alegro de que el mar te haya hecho volver a creer. Besos, Roxana.
ResponderEliminarAl final de la derrota siempre hay nuevas metas y esperanzas, creo que ese es el motivo para seguir caminando.
ResponderEliminarCuídate mucho.
Cuánto tiempo sin saber de ti, mi querida Roxana, espero que estés bien. Mi libro ya está a la venta y como tienes ahí mi blog puedes alegrarte conmigo.
ResponderEliminarCon ternura te dejo un beso
Sor.Cecilia
No te dejes vencer nunca, Dios nos da la mano
Solo la luz del mar tiene esa magia para recuperar cosas que creimos perdidas.Un abrazo y unas olas
ResponderEliminar