Me faltaban palabras y las hallé en el libro de tus experiencias.
Buscando sonidos, encontré tu risa, la mejor cadencia.
Trepando abismos, hallé tus ojos, soláz de mi ser.
Soñando despierta, seguí tus pasos, saboreando pasión.
Al perfume de la mañana, le sumaste el incienso de tus besos.
A mi atuendo sencillo le añadiste un color singular, el de tus caricias.
En tí sueño de mi vida, se consumieron mis sentidos.
Y los delirios envolvieron nuestras sustancias, en un continuo goce y calor, perpetuando el amor.