entretuve las horas jugando al derecho y la revés.
Casi no me dí cuenta que ya no eran horas pasadas si no años.
Hasta el río me visitó, era sonriente, y cautivante.
El sanador de enfermos ya no podía curarme, era tan extraño que hasta yo podía ahora renovarle la esperanza con gotitas en los ojos.
Horas convertidas en años y sigo jugando sin perder, eso creo. Gané el jazmín que trepa vigoroso por la pared, el tejido hecho trama de vida, el sabor y aroma del pan caliente. Gané, de las risa las mejores y de la verdad la más transparente.
El tiempo me esperará, para que yo crea que las horas son buenas conmigo.
Es lo más hermoso que te he leído mi querida Rox , es lo más!
ResponderEliminarBss :)
:) Qué belleza! Un abrazo,amiga.Se te añora.Mímate
ResponderEliminarSi has sido capaz de ganar todas esas cosas demos por bueno tu retraso en la llegada.
ResponderEliminarBuen relato . Un abrazo
A mis queridas personas, compañía de poesías, mil gracias por sus palabras, están connmigo siempre.
ResponderEliminarLes mando un saludo muyyy afectuoso desde mi Paraná que tiene aires de otoño y ojos de sol.
otra vez ¡uau!
ResponderEliminar¡Cuantos sentidos condensados en tus palabras!