Amaneciendo esperanza.

Que no se quede sin luz
la razón ni el sentido.
Queda en la siembra
ese futuro que no veré
pero intuyo.
Vacas flacas, pobres de siempre.
Heredé un sueño de mis padres.
Hoy revivo esas promesas: unidos, libres y justos.
Algo cambió la historia que hizo despertar
a tantos jóvenes que miraban
amaneceres de otros mundos.
Está mi tierra vestida de mujer
ya es hora de alcanzar la gloria.
De tus manos dependen el pan y el trabajo,
y despabilar este letargo.
Ya desechaste las máscaras de los traidores.
Ahora es tu tiempo mujer, el pueblo te sigue y
te dice sí, adelante te acompañaremos,
escribiremos juntos la historia que merecemos.

Porto Galhinas.

Quiero volver, la arena y el sol me esperan.

Tal vez este verano abra mis alas

y ese vuelo me libere de tanto asfalto.

Una caipiriña para marear mi nombre

y sentirme mar, etérea, nada.

Encubiertas.

¿Dónde se esconde la poesía
cuando cierro las manos
y mi voz se calla y quedan mis ojos
oscureciendo la vida, apagando días?
¿Dónde se cierra la puerta
y no me deja ver las palabras
esas que busco en una pared
descolorida?
Cuando la encuentre enhebraré
esos tizones que me queman
y los lanzaré como flechas
sobre el baldío desabrido.
Un día era la poesía que me buscaba
y yo me escondía,
tal vez la encuentre otra vez en el espacio
abierto entre mi piel y mi alma.
Para decir verdad, es allí donde me faltó buscar.

Para ver la luz

Unidos por la luz de la esperanza, el mundo entero los contempló.

Felicitaciones hermanos chilenos, son un ejemplo

de lucha por la vida, siempre unidos.

Los valores del ser humano renacieron

al verlos.

Hay 33 luces encendidas irradiando un nuevo amanecer para todos,

el milagro se hizo vida en ellos y en quienes con su ejemplo nos enseñaron como triunfa el trabajo en equipo uniendo corazón y mente sumado al esfuerzo, ¡Qué alegría verlos salvos y salvo! corolario del trabajo que sin descanso supieron brindarles los socorristas, ¡héroes ellos también! .Gracias Chile por este ejmplo.

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Mujerísima

Mi madre, tu mamá, mi hija, mis hermanas, mis cuñadas,
mis sobrinas, mis amigas y aseguro que todas las mujeres que conozco
llevan un sol purísimo en su interior.
Aromas a jardín, diálogos en sobremesas, libres mensajeras de la vida.
Y yo queriendo atrapar el tiempo en mis manos,
para imitar como una buena discípula
el apasionante camino de la maternidad, el maquillaje,
las mil tareas que despliegan con gestos de duende
y asombrosas luchas.