Un descanso.

Este viaje se hizo largo y necesito de tu aire,

de tus promesas, porque se hace de noche.

Esta ruta me dejó los ojos hinchados,

tengo sed y necesito dormir.

Haremos un alto me dices, tomaremos una habitación

de esas que tienen las sábanas limpias y paredes recién pintadas,

descansaremos para reconstruir los sueños rotos.

Y cuando amanezca el horizonte de este camino nos dejará

más comprensión, ilusiones nuevas y el desayuno en la próxima

estación de servicio.

Sé que no es fácil tironear todos los días con mis ideas,

pero prometo acompañarte con mi mejor cara,

y la magia de cada día hará el resto.

Tango para dos

Resbala en la calle la sombra de mi talle y el tuyo.
Abrazados marcamos un dibujo sensual
y los adoquines son testigos
del compás entre dos corazones.
La noche ha visto nuestros cuerpos
sin límites traspasando los sentidos
en una milonga de arrabal.
Nos sorprende una luz
celosa al ver tu sombrero
cubriendo mi rostro
al decirte bajito: bailemos
y con besos veremos llegar la aurora.

Identidad

El rincón más oscuro
delató un brillo.
Hasta ese día no había
recordado esa luz.









Sus pies caminaron
sobre un resplandor de apatías.
Ya no precisaba quedarse
en ese desierto.

Ojos de viento.

Cuando pretendo ser es cuando más ausente paso.

En el interior donde habito, estoy muy sola.

Empujo historias mías y ajenas, sin tiempo.

Allí la noche es clara, veo con los sentidos todos.

Se desarticula el ser humano para mostrarme sólo su espíritu, algunos resplandecientes otros repugnantes.

Cuando ya no soy, todo vuelve a materializarse ante mí.

para ser cuerpos amorfos ocultando sombras unos,

puros y admirables, peregrinos amantes de la vida otros,

y otros solo existiendo.

Pero ya no los percibo, pasan ante mí desconocidos hasta que

los descubro otra vez con mis ojos de viento.